Publicado originalmente el 2 de octubre por Verónica Santamaría en Animal / Animal Político
Con relatos e ilustraciones sobre cada órgano y extremidad en el cuerpo de las personas, Claudia de la Garza y Eréndria Derbez, autoras de Mapas corporales, nos invitan a recorrer, abrazar, reconocer y aceptar nuestro territorio más íntimo.
El libro Mapas corporales es un atlas de diversidades. En él recorremos, abrazamos, reconocemos y aceptamos nuestro cuerpo como un territorio que por décadas ha sido regido por reglas sociales. Sin embargo, el feminismo le ha dado a todas y todes un nuevo reordenamiento a ese lugar que hoy ya no debe incomodar, sino acoger y estrechar.
Esas son algunas de las enseñanzas que Claudia de la Garza, historiadora del arte y escritora, junto con Eréndira Derbez, también escritora e ilustradora, nos invitan a recorrer por las páginas de su nuevo libro, con relatos y conceptos de cada extremidad, órgano y concepción para pensar en la corporalidad.
Mapas corporales comienza con una reflexión sobre el cuerpo como “un lugar donde se inscriben significados que son mediados por la socialmente; por ello, podemos decir que nuestros cuerpos también están conformados por historias”.
En Animal MX platicamos con Eréndira Derbez sobre la importancia de los temas que albergan en su libro, el cual surge de la preocupación ante los discursos de personas que desde los feminismos tienen actitudes transfóbicas, clasistas y racistas al hablar del cuerpo.
Eréndira Derbez está interesada en la relación entre género, arte y política. Cuenta que para ella, este nuevo libro representó un reto intelectual porque implica adentrarse aún más en la historia del cuerpo en la vida cotidiana.
Desde la corriente historiográfica del cuerpo a textos más actuales sobre biología, genética, entre otros, que son temas importantes y que confluyen también.
“Este libro significó para mí, el darme cuenta cómo las humanidades, las ciencias sociales, las ciencias médicas, las ciencias biológicas, confluyen y hay que pelarlas, [porque] no están peleadas”, explica la coautora de Mapas corporales.
Conocer los cuerpos desde la historia
“Todas las personas habitamos un cuerpo, pero cada quien se relaciona de manera distinta”, comenta Eréndira Derbez. Esto último depende también de la cultura, sociedad y época en la que hayamos nacido, de esta manera nuestros cuerpos se configuran a partir de la sociedad y los significados de los que sean cargados.
En el libro, las autoras explican que los cuerpos son heterogéneos porque no hay un solo cuerpo ni mucho menos uno correcto.
Ejemplos de ello los podemos ver a diario, por las calles, en el núcleo familiar, con las amistades, en el trabajo y todo espacio en el que nos desenvolvemos, encontramos a personas altas o más bajas; hay personas delgadas y gordas, con pelo de distintos colores y pieles de diferentes texturas.
“La heterogeneidad nos vuelve personas únicas. Sin embargo, cuando el cuerpo se vuelve parte de la sociedad, se codifica, comienza a ser leído desde una perspectiva”, escriben las autoras en Mapas corporales.
Para Eréndira Derbez, el cuerpo -desde los estudios que ha hecho sobre él para contarlo desde la historia y con ilustraciones- lo concibe como un todo.
“Mi cuerpo es la vasija que contiene mi universo. Y mi universo es desde mis vísceras y mis bacterias, hasta mis emociones y mis sentimientos”, explica.
La autora también reflexiona sobre cómo, hoy día, aún hay mucho tabú sobre los cuerpos y las partes del cuerpo como los genitales, en general. Sobre todo, los cuerpos que no son cómodos para nuestras ideas de cómo debe ser un cuerpo.
“Por ejemplo, la gente no se siente cómoda de imaginar el cuerpo de una persona mayor. Incluso es un tabú que la gente mayor tiene sexualidad, hay un tabú a reconocer que es un cuerpo que puede ser deseable y que puede ser deseante. Hay un tabú a reconocer los cuerpos gordos, hay un tabú a reconocer a los cuerpos con discapacidad motriz, a los cuerpos trans, a todos los cuerpos que no encajen”, señala.
Esto como parte del canon que se tiene de los cuerpos que socialmente fueron construidos a partir de la industria como la televisión, el cine, la pornografía, de la belleza y de la moda, cuerpos que ya fueron editados. “Todo eso hace que tengamos una mirada muy cruel hacia los cuerpos de los demás y los cuerpos de nosotras mismas”, añade.
El cuerpo es, entonces, la cartografía de cada persona que contiene piel con sus marcas de vida como lunares, verrugas, estrías y cicatrices, pero también las incorporaciones que hacemos a nuestros tejidos desde el momento en que decidimos tatuarnos.
Un tatuaje es también una marca de quién somos. Las autoras explican en el libro que se trata de “una marca indeleble fijada en el cuerpo mediante la inyección de un pigmento que, a lo largo del tiempo, ha tenido formas y significados diferentes.
Mapas corporales muestra que el cuerpo va más allá de lo que miramos a simple vista como el color y tamaño de los ojos, la nariz, la boca, el pelo, los brazos, las piernas, la cabeza, la espalda, las nalgas, la cadera o el ombligo.
En todo este conjunto las autoras, Claudia de la Garza y Eréndira Derbez, invitan a escuchar el cuerpo de cada persona desde sistemas sensoriales para la autopercepción y percibir todo lo que las rodea.
Desnudar nuestro cuerpo, más allá de solo retirar la vestimenta que portamos, es apartar también los códigos sociales en los que ha crecido.
Las autoras explican esta desnudez en el libro al narrar que “todos los cuerpos están situados en un lugar y tiempos específicos que nos dotan de significados, aun cuando no tenemos ropa”.
“Nuestra relación con el cuerpo está medida con las normas sociales Hace que podamos tener espacios de subversión con nuestro cuerpo muy importantes”, añade Derbez.
Un ejemplo de esto son los senos y la lactancia. La autora describió cómo hay culturas donde podemos mostrar nuestro torso y dar de lactar sin que pase nada. Pero, también hay sociedades donde es un escándalo dar de lactar en público.
“Me parece maravilloso saber que hay ‘tetadas masivas’ que son [grandes] manifestaciones en las que mamás dan de lactar en un lugar, en protesta de que no las dejan lactar [en público]. La idea me parece fabulosa y simplifica muy bien algo que es tan natural como la alimentación de un bebé”, expresa.
Ante esto, el cuerpo se convierte una vez más en un espacio de protesta.
Sobre las ilustraciones que son parte de Mapas corporales, comenta Eréndira Derbez que escribir y dibujar este libro fue difícil y de mucha responsabilidad.
La autora, quien ya había escrito e ilustrado un libro previo que muchas personas conocimos y leímos con No son micro. Machismos cotidianos (2020) , cuenta que Mapas corporales llegó en un momento lleno de retos para ella.
“Estaba en un proceso de entender qué pasó. Entonces, esos momentos fueron de mucha inspiración artística que sí las canalizaba un poco en la concentración del libro. Tener un proyecto de trabajo siempre salva”, comenta.
El proceso creativo para las ilustraciones de este libro se logró gracias a un espejo y marcadores. Cuenta la autora que colocó un espejo y comenzó a dibujarse a ella misma en distintas proporciones, a veces más delgada, a veces más grande, más alta o más baja.
“Ya con esos dibujos comencé a pedirle a la gente que si quería modelar para mí y eso fue muy bonito, porque fue muy sincero y muy intimo en este chance de que alguien te deje verle desnudo, desnuda, hay mucha confianza. Eso permitió que salieran tantos dibujos que agradezco muchísimo”, explica.
Mapas corporales es una “caja de herramientas”, como señala Derbez, para todas y todes en la que ambas autoras comparten conocimiento sobre cómo son los cuerpos con los que convivimos, su construcción a partir de los códigos sociales en los que se desarrollan y una oportunidad de aceptarlos y abrazarlos pese a los tabúes que los rodean.
El libro va dirigido va dirigido para el público en general que busca información y se hace preguntas importantes y no encuentra respuestas en otros espacios.