Hago muchas listas y me gusta hacer listas de las cosas que me gustan. Este blog tratará de eso: listas de cafés favoritos, de papelerías, librerías, etc. La mayoría en la Ciudad de México (que es donde vivo) pero pondré también cosas que me gustan de otros lugares. En general me planeo concentrar en comercios locales, pequeños, propuestas de diseño, nuevos proyectos.
La idea surgió porque siempre amigas me marcan para pedirme recomendaciones de tiendas para comprar regalos super específicos o lugares para brunch o cena. Entonces decidí, también porque paso mucho tiempo encerrada por la pandemia, abrir este blog dentro de mi página para compartir los lugares que me gustan y promover proyectos que valen la pena.
Comienzo con una lista (que sigo editando y ampliando) de las cosas que me gustan de la Ciudad de México.
Cosas que me gustan (pese a la costumbre de verlas, oírlas, sentirlas tanto) de mi ciudad:
1. Que en un pesero atascado pasen un billete desde la punta trasera hasta el asiento del conductor y luego regresen el cambio.
2. La palabra pesero, que dicen, viene de peso y no pecera.
3. Los puestos de mango picado tan solo empieza la temporada de calor.
4. Los puestos de quesadillas con opciones de flor de calabaza y huitlacoche. Que el que no tengan que llevar queso siempre sea un sello identitario.
5. Los conductores de triciclos en la madrugada cargando su enorme canasta redonda afuera de la panadería, para vender conchas, orejas y donas acompañadas de café soluble con leche en polvo afuera de las oficinas a las 7 am.
6. “Se compran colchones, tambores, refrigeradores, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que venda” (que no podamos leer esta frase sin imitar su particular sonido).
7. Que siga pasando el afilador.
8. Que en un solo día puedes escuchar español, inglés, francés y náhuatl.
9. Que encuentres comúnmente películas subtituladas y no dobladas (no lo había valorado tanto hasta que dejé de tenerlo).
10. Que existan pasillos en los mercados destinados a “los hierberos,” que te venden lo mismo la infusión para quitarte los cólicos menstruales o el estrés, que amuletos para encontrar al amor, o para “amarrarlo”.
11. Altares coloridos y con flores en las esquinas de las calles, en las paradas de camiones o en los sitios de taxi. Usualmente dedicados a la virgen de Guadalupe, pero también los hay a otros santos como San Judas. Lo poco monoteístas que resultan.
12. La fila para los tacos de canasta a partir de las 2PM.
13. El Boing en botella de vidrio.
14. Que todavía los niños jueguen en los parques.
15. La frase <<¿la cáscara o qué?>> para invitar al juego entre desconocidos.
16. Los churros y chocolate cuando hace frío.
17. Que en las tortillerías vendan arroz preparado en vasito.
18. Las fondas, sobre todo cuando es temporada de huauzontles.
19. Los platos de plástico de colores con un papel estraza encima que absorben la grasa y la salsa.
20. Los señores y señoras de bastón que se reúnen a bailar en los parques en las tardes o los fines de semana.
21. Que persisten quienes dicen buenos días y buenas tardes en los elevadores.
22. Que pese al miedo, la gente hace chistes para calmarnos tras la alerta sísmica.
23. La luz tan característica del atardecer, no sé si es producto de la cuenca en la que vivimos o de la contaminación o la altura.
24. Ver la ciudad desde el segundo piso del periférico aunque me choque el segundo piso. Que en algunos tramos de este hay jardineras con magueyes.
25. El tono guinda característico del tezontle en los edificios novohispanos. 26. Las calles empedradas.
27. Los adolescentes «echando novio» afuera del metro tras la hora de salida de la secundaria o prepa.
28. Quienes ayudan a cruzar la calle a alguien con bastón.
29. Que nos maravillemos cada primavera con los tonos de las jacarandas. Que sea tema anual de conversación.
30. El color ocre de los camotes y el color negro de las cenizas que lleva el camotero en su carrito. La chimenea del carrito.
31. Las fachadas pan coupé porfirianas.
32. Que prácticamente todo el mundo sabe de alguien a quien le apodan “el pollo”.
33. Los puestos de cerrajeros y los puestos de esquites afuera del súper.
34. Que el metro sea naranja.
35. La influencia de Lance Wyman en nuestras vidas.
36. Que conozcamos la entonación de “toques-toques-toooques” y sepamos de inmediato que es un vendedor de descargas eléctricas y no de marihuana. Que vendan descargas eléctricas.
37. Locales y puestos para comer tras la fiesta en la madrugada y horas después para crudear.
38. La frase “no te lo manejo.”
39. La distintas fiestas patronales en cada barrio de la ciudad. Porque la Ciudad de México es una suma de barrios y de pueblos.
40. Los tlacoyos de haba.
41. El horizonte con volcanes.
42. La frase «seguro en el centro lo encuentras».
43. La expresión «mi valedor».
44. Los puestos de jugos con “licuados curativos.”
45. Ver cómo alguien sale a perseguir al tamalero.
46. Que enfrente de donde vivió Emilio Carballido se pone algunos días un puesto de barbacoa que se llama Barbacoa Emilio. Me imagino que es en agradecimiento por haberles permitido poner durante años sus mesas en el portal de su casa. Todo un homenaje.
47. Cuando hay vendedores de burbujas “de las que duran” en el metro, entonces se cuelan burbujitas en los vagones.
48. Que reconocemos la grave voz de “Universal Estéreo”.
49. El reto que implica las tortas de chilaquil y las tortas de tamal. Su respectivo atole.
50. Que pese al cochismo generalizado andamos en bici, porque la ciudad es de todas.
51. La gente que rotula orgullosa el escudo de su equipo de fut en sus negocios.
52. Las quinceañeras en el Ángel.
53. El último vagón del metro.
54. Los puestos callejeros de libros usados.
55. Los “cafés de chinos.”
56. Que aún existan niñxs que juegan con una pelota en la calle y gritan “coooche” para avisar que es momento de subirse a la banqueta.
57. La diversidad inagotable en los puestos de piñatas.
58. Las “tortas gigantes.”
59. Los coloridos rótulos en las paredes, sobre todo los que son efímeros porque anuncian conciertos sobre bardas blancas pintadas con cal. 59. Las tiendas de abarrotes.
60. La gran diversidad de opciones para un viernes en la noche.
61. Los muéganos y la frase “son como muéganos”.
62. Los carritos de vendedores de agujetas de colores, ordenadas por tonos y grosor.
63. Los tianguis de pulgas. La palabra tianguis.
64. La hora de la Beatlemanía en Universal 88.1.
65. Las sastrerías y los talleres de bici que “llevan años ahí.”
66. El centro histórico de noche.
67. Encontrar en un rincón de la calle un cubo de hielo que se va derritiendo en el transcurso del día, marcando el paso del tiempo, como una vanitas. Que ese hielote no sea de Francis Alÿs.
68. El tono de rosa de los tamales de dulce, que para mí es el verdadero rosa chilango.
69. Subirse a una ecobici, prescindir del tráfico.
70. La deformación de la piedra en las escaleras del metro, provocada por el desgaste de años de uso, millones de suelas de zapato rosando.
71. Los mini súpers coreanos.
72. El pilón en los mercados.
73. Los carritos “de productos oaxaqueños.”
74. El cambio de oscuridad a luz cuando la línea azul del metro sale a la superficie.
75. Las sombras de los tenis colgados en una maraña de cables.
76. Las barberías viejitas.
77. La impresionante capacidad de repuesta de quienes conducen para abrir paso entre masas de coches cuando suena la sirena de una ambulancia.
78. Las luchas.
79. El no tener idea cómo llegaron a colocar, a distancias tan altas de puentes y túneles, los letreros de papel que anuncian con mayúsculas coloridas (sospecho que impresos en offset) servicios de limpieza de alfombras.
80. Los anuncios de tacos de canasta. Antes eran 1000×1000, ahora 1000×1800; clara muestra de la inflación.
81. El letrero de luces de colores de Baco sobre periférico. De niña era la señal para saber dónde estaba, me emocionaba verlo de noche.
82. Que cuando le preguntas a un chilango de dónde es te dice “de aquí,” y si le preguntas de dónde vienen sus padres te dice de qué colonia o de qué estado, y si preguntas de dónde vienen sus abuelos, casi la mayoría de las veces, al menos tres son de otro pueblo, ciudad o país.
83. Las tortas que venden en las “tienditas” -aún “tienditas”, y no oxxos.
84. Cuando no está atascada la línea 1 del metrobús, entonces puedes ver desde la ventana como va cambiando insurgentes.
85. Los puestos de plantas.
86. Los mercados en época decembrina. Llenos de nochebuenas, nacimientos y piñatas amarradas al techo y que rozan las cabezas de las personas al pasar.
87. Los colores de los mercados, todo el año.
88. Ver las letras con serifes enormes que dicen CINETECA NACIONAL en el estacionamiento del sexto piso del edificio, sobre todo de noche.
89. Lo bien conocido que es el señor que vende películas enfrente de la Cineteca.
90. La expresión “¡caaámara!”
91. Sus microclimas.
92. Tantas exposiciones de arte.
93. Las mujeres (y algunos hombres) que bordan por la paz los testimonios de violencia, todos los domingos enfrente de la fuente de los Coyotes en Coyoacan.
94. El karaoke coreano de la Juárez.
95. El consultorio dental en forma de muela frente al parque España.
96. Cuando suena “de Iztapalapa para el mundo” en una canción de Los Ángeles Azules.
97. El pastel de chocolate de los Tulipanes y el rol de guayaba del Rosetta.
98. La gran cantidad de documentos históricos en archivos. Que no alcanza la vida para estudiarlos.
99. Jugar fútbol en canchas que están en azoteas. Cómo se mira la ciudad desde las alturas.
100. Las torterías con sus rótulos coloridos.
101. Los derechos conquistados y quienes se organizan para defenderlos.
102. El concepto de la esquina del chilaquil.
103. Los tlacoyos de doña Mari, los hace con maíz, haba y frijoles de su milpa. Viaja diario del Edomex a su puesto en Martí esquina con Minería en la Escandón.
104. La bandera republicana bordada en los uniformes del café Villarías.
105. Las chinampas.
106. Las «librerías de viejo.»
107. El Tótem canadiense en Chapultepec.
108. La sensación que provoca el duelo entre San Judas y la Santa muerte en la esquina de Jesús María y Emiliano Zapata.
109. La torre del árbol de Polanco en el periférico.
110. La espera de cumplir la edad necesaria para entrar al jardín Euquerio Guerrero del bosque de Chapultepec.
111. Las vías del tren en la Nueva Santa María.
112. Que por la pandemia, se vendan piñatas en forma de COVID19.
113. El Edificio Hermita.
114. El vértigo que involucra cruzar desde el paso “peatonal” Eje central desde el centro cultural Tlatelolco hacia la unidad habitacional.
115. El aborto legal.
116. El Patrick Miller cuando las luces se ponen azules. Que se llame Patrick Miller.
117. Los triciclos.
118. La dulcería de Celaya en Madero.
119. El misterio alrededor del edificio Canadá.
120. La existencia de un proyecto como la Clínica Condesa.
121. La plaza San Jacinto.
122. El cine al aire libre Gabriel Figueroa, en la Cineteca Nacional. La Cineteca.
123. Los cempasúchiles en Reforma en octubre y noviembre.
124. Que la girafa más joven que vive en la ciudad se llame la Jirafifita.
125. El Café del Río en Donceles.
126. Los edificios Mascota y Buen Tono.
127. El local de tarot Zeus en la calle de Londres.
128. Que la gente sigue diciéndole a perfectos desconocidos <<provecho>> cuando sale de la fonda.
129. Que al edificio Río de Janeiro se le conozca como el “Edificio de las brujas”.
130. Que ese edificio sea, seguramente, el Edificio Minerva de la novela El desfile del Amor (Pitol, 1984)
131. El carrito de esquites que tiene pintado un elote pacheco en Av. Nuevo León.
132. Los murales de Marion y Grace Greenwood en el Mercado Abelardo Rodriguez.
133. El gran frasco de vidrio sujetado a la canasta de los tacos de canasta. Ver cómo la salsa rebota en medio del tráfico mientras el vendedor pedalea.
134. El kiosko morisco en Santa María de la Rivera.
135. Que la librería A través del espejo, en la calle Monterrey, tenga desde hace años un letrero en la ventana que dice JUSTICIA PARA AYOTZINAPA. 136. La pirámide de Ehécatl en el metro Pino Suárez.
137. Los ravioles, tallarines y linguini hechos a mano exhibidos en la pequeña vitrina de la Nonna Leonor, un lugar de pasta fresca tradicional en La calle Tamaulipas.
138. El universo contenido en el metro la raza. Recordar la emoción que me dio verlo por primera vez de niña.
139. El olor a marihuana en Reforma, ocasionado por el plantón 420 a la altura del senado.
140. El Café Passmar en el mercado Lázaro Cárdenas, en la Del Valle.
141. El puesto de libros de segunda mano en Río Rhin con Río Nazas.
C O N T I N U A R Á