Publicado originalmente en Ibero 909 el 11 de octubre, 2016
Hace casi una semana el Huracán Matthew azotó a la isla de Haití. Las necesidades son muchas: la escasez de medicinas y de alimentos ha devastado al pequeño país donde más de un millón de personas necesitan ayuda humanitaria. Es la nación más pobre del hemisferio occidental, y además, sigue pagando los estragos de un terremoto de magnitud 7 en la escala Ritcher que sacudió a la isla en enero de 2010.
Por otro lado, en Tijuana, Baja California la situación de los haitianos también da de qué hablar. Personas que entran a México por Chiapas y recorren el país hasta llegar a la frontera con Estados Unidos, con la esperanza de pasar al “otro lado”, intentan conseguir asilo como lo hacen algunos provenientes de países como el Congo o Nueva Guinea sin embargo, la cita en el consulado de Estados Unidos puede tardar semanas en llegar, y eso tampoco garantiza su entrada al país.
“¿Has visto a los morenos que andan acá en Tijuana?”, me preguntó el señor Octavio en Playas de Tijuana este mes de agosto, “son africanos a los que están dejando pasar a los Estados Unidos para ir a Alaska o Hawai a trabajar”. El señor, de unos cincuenta años estaba de vacaciones en su natal México, llevaba tantos años viviendo en San Diego que pensaba que ya “se había vuelto muy gringo”… sin demostrar ninguna clase de resentimiento hacia los migrantes africanos, sí pensaba que “era hipócrita Estados Unidos, que no dejaban pasar a los mexicanos pero sí a los de África”.
La situación que señaló Octavio hace dos meses ha ido creciendo: el estado fronterizo de Baja California no tiene la capacidad de atender la emergencia. Hay muestras solidarias, pero también de discriminación en contra de los migrantes que se encuentran varados.
La llegada masiva de los desplazados a Mexicali y Tijuana significa dar asilo, cobijo y alimentación a miles de personas, que en la mayoría de los casos, no hablan español y que algunas son mujeres embarazadas o niños pequeños. Los albergues están repletos y hay listas de espera.
Huyendo de la violencia y la pobreza, tanto los africanos como los haitianos han llegado desplazados a México después de ya haber sido inmigrantes en otros lugares: llama especial atención el caso de los provenientes de Haití que tras el terremoto de 2010 fueron, en calidad de refugiados, a países como Venezuela.
Por otro lado, de acuerdo al portal Animal Político, los africanos vienen a México tras estar en países como Argentina, Costa Rica y Brasil. En este último trabajaron en las construcciones del Mundial de Fútbol y las Olimpiadas.
El Centro Universitario Ignaciano de la Ibero (CUI) ha comenzado a hacer una colecta de medicinas para llevar a Haiti, tras el huracán Matthew. Se necesitan fármacos para tratar gripe, tos, infecciones y fiebre; así como pastillas para purificar el agua.
La colecta estará hasta el 14 de este mes en el CUI.